“Señorita, a usted le queda un mes de vida”
¡¿Qué?! ¡Entonces la magnolia blanca del imperio, la jóven más bella de la sociedad se va a huelga!
Mi padre y mis hermanos ya no esperan nada de mí… o mejor dicho, ¿me consideraron desde el principio como una persona? ¡Ahora solo tengo un mes de vida, lo tendré que aprovechar para hacer las cosas que quiero aunque sean complejas y un verdadero fastidio!
¡Quiero una nueva casa! ¡Quiero independizarme! ¡Comprar, hacer amigos, confesarle mis verdaderos sentimientos a esa persona…! Pero… Tengo un plazo de vida.
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